Blogia
Kiryat Hadassa: el blog de José Ramón Villanueva Herrero

REBELDÍA E INDIGNACIÓN EN LAS AMÉRICAS

REBELDÍA E INDIGNACIÓN EN LAS AMÉRICAS

 

     Tras la arrolladora victoria del PP en los comicios del 20-N y los primeros análisis de la debacle de un PSOE castigado por sus bases sociales y electorales por haber renunciado a hacer políticas socialdemócratas en estos tiempos de desánimo global, el tema principal sigue siendo las crisis y sus nuevos dogmas de fe: la necesidad de “calmar”, al precio que sea,  a los “mercados” y de frenar el alza de la prima de riesgo.

     Mientras estas son las preocupaciones en la opulenta (aunque menos) Unión Europea (UE), cuando se acrecienta el temor de los EE.UU. a que las convulsiones financieras crucen de nuevo el Atlántico, hay otras noticias que nos han pasado inadvertidas. Este es el caso de la V Asamblea de la Convergencia de los Movimientos de los Pueblos de las Américas (COMPA) celebrada entre el 23-27 de noviembre pasado en la República de El Salvador. En la COMPA se agrupan asociaciones y comunidades de la mayor parte de los países de América, desde Argentina a Canadá, unidas con el fin de establecer estrategias comunes de resistencia para hacer frente a los negativos efectos de la globalización neoliberal y, a la vez, fomentar modelos de desarrollos económicos alternativos, sostenibles y respetuosos con la ecología del continente.

     La COMPA, surgida tras un encuentro de 128 organizaciones latinoamericanas celebrado en Chiapas en octubre de 2000,  tiene 6 ejes estratégicos: la defensa de unas relaciones comerciales internacionales justas, lo cual supone una dura crítica a los Tratados de Libre Comercio y a la actuación de la Organización Mundial del Comercio (OMC); la desmilitarización de las sociedades de América Latina en las que tanto pesa, todavía, el imperialismo de los EE.UU. y la actuación de sistemas policiales corruptos y con escaso respeto a los derechos humanos; la exigencia de cancelación de la deuda externa y de la eliminación de los ajustes estructurales; la defensa de los derechos territoriales de los pueblos indígenas frente al expolio por parte de los Estados y de las multinacionales para explotar  sus recursos naturales; la promoción de modelos de desarrollo rural sostenibles rechazando los cultivos transgénicos y la biopiratería y, finalmente, una apuesta decidida a favor de la participación de la mujer en la construcción de nuevas alternativas políticas, económicas y sociales.

     Con esta perspectiva, la citada V Asamblea de la COMPA, celebrada en Guacotecti (El Salvador), reunió a 31 organizaciones sociales, indígenas, negras y campesinas de Guatemala, Honduras, México, Cuba, Nicaragua, El Salvador y también de los EE.UU., además de contar con la “presencia solidaria” de representantes de Canadá, Italia y España. En dicha Asamblea, se realizó un profundo análisis de la crisis del capitalismo global, definido como un “sistema de dominación múltiple” que se manifiesta, desde el punto de vista de la COMPA, en la expropiación y saqueo de las tierras, culturas y vidas de los pueblos de América así como en la imposición de tratados de libre comercio y la extensión de una cultura consumista que conduce a la pérdida de la soberanía alimentaria y a la agudización de la deuda externa para dichos países. Igualmente, esta voracidad capitalista pretende la imposición de determinados megaproyectos y modelos extractivos de los recursos naturales en determinadas zonas, como la Amazonía, con graves consecuencias medioambientales. Para lograrlo, los poderes económicos no dudan en recurrir a la violación sistemática de los derechos humanos y de favorecer el avance de gobiernos autoritarios como ha ocurrido recientemente en Guatemala.

     Consecuencia de todo ello, en América Latina, al igual que ocurre en nuestra ahora convulsa UE, se está agudizando una crisis social, política, económico-financiera y, también energética. Pero, como un rayo de esperanza en medio de las tinieblas, en lo que la COMPA no duda en definir como “hora histórica para la Humanidad”, nos recuerda que esta crisis global sirve, también, para “acelerar procesos novedosos y potentes de organización y rebeldías”….y es verdad: lo hemos comprobado con la aldabonazo que ha supuesto para nuestras conciencias y nuestra sociedad la rebeldía cívica de los indignados con la aparición, entre otros, del Movimiento 15-M o el de Democracia Real Ya.

     Por consiguiente, la COMPA, que se define como “movimiento social continental anticapitalista”, que lucha por romper la “lógica de la dominación” con métodos participativos y populares, planteó lo que denomina “ejes de resistencia estratégicos” tales como la defensa de los derechos campesinos en el Bajo Aguán (Honduras) y el respeto al pueblo maya de Guatemala sobre sus territorios y sus recursos naturales. Igualmente defiende la soberanía alimentaria y la “justicia climática” (novedoso y acertado concepto), razón por la cual denuncia las prácticas del llamado “capitalismo verde”, eso es, el cultivo extensivo de biocombustibles en determinados países como Honduras o Brasil a costa de producir artículos de primera necesidad. En consecuencia, estos países se ven obligados a importar el trigo, el maíz o el arroz a los precios que fija el mercado internacional de alimentos el cual, está controlado, curiosamente, por empresas como la Agencia  Goldman Sachs que, insaciable con los inmensos beneficios que obtiene en los mercados financieros, como señalaba recientemente Carlos Enrique Bayo, “se forra provocando hambrunas”, esto es, elevando artificialmente el precio de los mismos:  es por ello que, Joerg Mayer, responsable de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de la ONU (UNCTAD), denunciaba que, actualmente, “el mercado de los alimentos se ha convertido en un casino”.

     Las asociaciones y colectivos nucleados en la COMPA, tampoco se olvidan de enviar saludos solidarios a todos los indignados, a aquellos que, “desde distintos puntos del planeta, ayudan a abrir las fisuras que ayudan a hacer explotar el sistema”, todo un reto en estos confusos e inciertos tiempos que nos ha tocado vivir. Y es que, tal vez la COMPA nos esté un rumbo a seguir pues, al igual que en las tierras de América, también aquí resulta inaplazable la necesidad de construir, con esfuerzo unitario, alternativas anticapitalistas que sean sustentables, equitativas y solidarias.

 

     José Ramón Villanueva Herrero

     (publicado en El Periódico de Aragón, 4 diciembre 2011 y Diario de Teruel, 11 diciembre 2011)

 

0 comentarios