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Kiryat Hadassa: el blog de José Ramón Villanueva Herrero

ZARAGOZA REPUBLICANA Y FEDERAL

 

     Desde una perspectiva política, la ciudad de Zaragoza se caracterizó durante el s. XIX por el fuerte arraigo del liberalismo progresista, una ciudad donde el recuerdo heroico de la jornada del 5 de marzo de 1838 se convirtió en un símbolo popular de la defensa de la libertad frente a la reacción carlista.

     Sobre esta base progresista, con el paso de los años se fue formando un importante núcleo republicano, mayoritariamente afín al federalismo que se opuso con firmeza a la deriva autoritaria de los gobiernos de la desacreditada monarquía de Isabel II. Triunfante la revolución de septiembre de 1868 (“La Gloriosa”) que en Zaragoza tuvo lugar el día 29, al popular grito de “¡Viva la Soberanía Nacional y Abajo los Borbones!”,  durante el período del Sexenio Democrático, los republicanos federales tuvieron su momento de mayor dinamismo político tras la creación del Partido Republicano Democrático Federal (PRDF) que en Zaragoza contó figuras tan destacadas como Joaquín Gil Bergés, Marceliano Isábal o José López Montenegro, que más tarde derivaría hacia posiciones libertarias.

     Tal y como se refleja en este grabado, El PRDF asumió en su programa político las principales demandas sociales de los sectores populares de la época, entre ellas, la abolición del odioso sistema de quintas entonces imperante, (“la contribución de sangre”, como la llamaban los federales) dado que el reclutamiento para el largo y penoso servicio militar (de 7 años) pesaba sobre los sectores humildes de la sociedad, aquellos que no podían “redimirse” de la quinta mediante el pago de la elevada cantidad en metálico de 8.000 reales. Frente a esto, los federales demandaban un ejército formado por voluntarios el cual pusiera fin a las frecuentes intromisiones de los militares (“espadones”) en la vida política española del s. XIX. Otra de las características esenciales del federalismo, una vez derrocada la dinastía borbónica, era la articulación de España en torno a una República Democrática Federal, sinónimo de democracia plena, sociedad laica y unión libremente pactada de los territorios que formaban la federación: como diría Víctor Pruneda, fundador del federalismo turolense y Gobernador Civil de Zaragoza durante la I República, la federación debía de ser “el suave lazo que a todos une y a ninguno ata”.

     Los federales zaragozanos apoyaron el Pacto Federal de Tortosa (mayo 1869), se sublevaron en las calles de la capital aragonesa en defensa de los valores de la revolución septembrina “bastardeados” por la regencia del General Serrano (octubre 1869) e intentaron consolidar en 1873 la I República, ideal regenerador de efímera existencia dada la multitud de enemigos y adversidades a las que tuvo que hacer frente.

     Hoy como ayer, con una monarquía abatida por escándalos diversos, con una difícil situación social debida a una crisis que golpea con fuerza a los sectores populares, resurge de nuevo la rebeldía cívica, la misma que refleja este grabado, en la que viene a nuestra memoria el viejo lema de los federales aragoneses: “Salud, Fraternidad y República Federal”.

 

José Ramón Villanueva Herrero

(publicado en La Calle de todos: revista de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza, nº 95, abril-2012)

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