Blogia
Kiryat Hadassa: el blog de José Ramón Villanueva Herrero

EL MOVIMIENTO OBRERO EN ARAGÓN (III).

         

Matías Pastor, el principal organizador de la UGT  aragonesa (1889) y fundador de la Agrupación Socialista de Zaragoza (1891), fue también el responsable de la creación del primer Centro Obrero de la UGT en la capital aragonesa el 10 de enero de 1894. Este, tenía su sede en la Calle Agustina de Aragón, 42 y contaba con una Junta Directiva, paritaria por oficios (canteros, carpinteros, tipógrafos y sombrereros), todos ellos cuadros del PSOE local: Matías Pastor (presidente), Modesto López (vicepresidente) y Ricardo Aznar, Manuel Gargallo, Vicente Gómez, Tomás Sánchez, Emilio Romanos y Miguel Maimón.

Los socialistas zaragozanos siguieron siendo muy minoritarios: en su primera participación en las elecciones a Cortes de 1896, presentaron por Zaragoza a García Quejido, miembro del Comité Nacional de la UGT, el cual sólo obtuvo 105 votos. Pese a su endémica debilidad, en 1898 se produjo una cierta reorganización y renovación del socialismo zaragozano por medio de un nuevo Comité formado sobre todo por tipógrafos y en el que ya aparece Isidoro Achón, otra figura histórica del socialismo aragonés. La UGT, establecida en su nueva sede (C/ Mayor, 57), consiguió fundar nuevas sociedades obreras como las de Cordeleros, Pintores-Decoradores, Camareros de cafés y fondas, Fundidores-Moldeadores y Cocheros. Además, en 1899 surgió en Zaragoza la Federación Local de Sociedades Obreras (FLSO) en la que coexistían una mayoría de obreros anarquistas junto a un sector minoritario, socialista, vinculado a la UGT.

Iniciado el s. XX, la UGT aragonesa contaba con 427 afiliados en Zaragoza y 23 en Teruel, sin que consten datos relativos a la provincia de Huesca. Como señala Carlos Forcadell, en la primera década  del s. XX, los ugetistas contaban con una implantación minoritaria, casi testimonial, tanto entre los trabajadores aragoneses, como en el seno de la propia UGT como sindicato nacional. No obstante, van a ser los años en los cuales Isidoro Achón, junto a Matías Pastor, impulsaron el modelo sindical reformista y de gestión de la UGT, que apostaba por la utilización los medios legales mediante los cuales lograr mejoras progresivas para la clase trabajadora. Achón resumía así la acción política y sindical socialista: “los objetos del partido de clase son la defensa exclusiva de los intereses obreros, lograr una legislación protectora del trabajo basada en la jornada de 8 horas” y, también, esforzarse por “penetrar en municipios y diputaciones y Parlamento para exponer sus aspiraciones y presentar soluciones beneficiosas para los de abajo”, si bien todo ello subordinado a un horizonte final y lejano de “emancipación total o abolición de clases”.

Sin embargo, este modelo sindical “evolucionista” de UGT se oponía al sindicalismo autónomo, radical, asambleario y de acción directa predominante en la mayoría anarquista que controlaba la FLSO y el obrerismo zaragozano.

La implantación de la UGT en el resto de Aragón siguió siendo muy escasa y sólo existían sociedades obreras socialistas en Teruel, Escatrón, Pina, Aranda, Calatayud, Tarazona y Huesca. Por su parte, el PSOE, a la altura de 1902, sólo contaba con tres agrupaciones: la de Zaragoza-capital, y las de Calatayud y Aranda de Moncayo.

Cuando se funde la CNT en 1910, la mayoría de las sociedades obreras aragonesas ingresaron en la nueva central sindical libertaria, por lo cual la CNT será, desde este momento, hegemónica en el conjunto del proletariado aragonés. Ello hizo que, hasta 1916,  la UGT de Aragón no logró superar la barrera de los mil afiliados, contando concretamente con un total de 1.144 militantes. Al año siguiente (1917), se incorporó a UGT Ángel Lacort, que, procedente del anarquismo, sería posteriormente otro dirigente histórico del sindicato socialista zaragozano.

Cuando estalló la Huelga General Nacional de 1917, con una inflación del 71,42 %, los ugetistas se lanzaron a la misma con objeto de conseguir “aquellos cambios fundamentales del sistema que garanticen al pueblo un mínimun de condiciones decorosas de vida y desarrollo de sus actividades emancipatorias”. Fue a partir de este conflicto cuando se produjo una cierta expansión del socialismo aragonés: la Agrupación Socialista de Zaragoza y la UGT se establecieron desde 1918, en la c/ Estébanez, 2, sede que mantuvieron hasta el golpe fascista de 1936. En junio de 1918 se fundaron las Juventudes Socialistas en la capital aragonesa. Por su parte, la UGT se extiende por el resto de Aragón: la provincia de Huesca contaba con 1 sección (18 afiliados) y, la de Teruel, con 4 secciones que agrupaban a un total de 774 militantes vinculados sobre todo al Sindicato Minero (en las comarcas de Cuenca Minera y Ojos Negros) y a los obreros de las azucareras de Santa Eulalia y La Puebla de Híjar.

Son años en que las organizaciones socialistas empezaron a tener un fortalecimiento moderado (1919-1920) momento que, como señala Forcadell, coincide con una fuerte conflictividad social promovida por los “sindicatos únicos” afines a la CNT: sublevación del Cuartel del Carmen (1920), asesinato de tres empleados municipales (agosto 1920) y el asesinato del Cardenal Soldevila (junio, 1923).

La agudización de la tensión patronal/trabajadores, los atentados, bombas y la ola de represión gubernativa produjo un descenso de en la afiliación del PSOE-UGT y también de la CNT. Tal es así que, en mayo de 1921, de un total de 240.113 afiliados con que contaba la UGT en el conjunto de España, los militantes aragoneses eran tan sólo 1.196, “una pequeña gota dentro de la Unión General” (El Socialista, 1 mayo 1921).

Esta es la situación de debilidad orgánica del socialismo aragonés  en vísperas del golpe de estado del general Primo de Rivera del 13 de septiembre de 1923, tema al que nos referiremos en el siguiente capítulo.

 

(La Voz Sindical, nº 107, Zaragoza, septiembre 2008)

 

 

 

 

0 comentarios