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Kiryat Hadassa: el blog de José Ramón Villanueva Herrero

LA DERECHA....DESCENTRADA

LA DERECHA....DESCENTRADA

     Un año después de la tragedia del 11-M y del posterior vuelco electoral que la nefasta actuación del Gobierno Aznar propició, el PP sigue sin aceptar, con naturalidad y madurez democrática, la victoria del PSOE. Desde entonces, y aún asumiendo que la tarea de la oposición política es legítima e imprescindible para el buen funcionamiento del sistema democrático, no deja de sorprender en la actuación del PP el contraste entre su línea de crítica permanente  hacia el gobierno de Rodríguez Zapatero y la nula autocrítica hacia los errores, que los hubo (y muy graves) del anterior Gobierno popular.

     A la búsqueda de un necesario clima de oposición ponderada, constructiva que sosiegue un tanto las crispadas aguas por las que discurre últimamente la política española, no ayuda demasiado el  rigorismo aznarista de algunos de los actuales dirigentes del PP, más obsesionados en buscar culpabilidades ajenas que en asumir errores propios: ahí está, como más destacado, el intolerable alineamiento de Aznar junto a los Estados Unidos durante la guerra de Irak, desoyendo con soberbia y arrogancia, el mayoritario clamor ciudadano contrario a la misma.

     Un partido político manifiesta su talla y madurez política no sólo en los momentos de gloria y de poder sino, también, en aquellos en los que pone de manifiesto su capacidad de realizar una profunda catarsis interna, una autocrítica que, para superar errores y fracasos, le reconcilie con su conciencia, con la ética, con la coherencia de su ideario político y, desde luego, con la ciudadanía.. Renunciar a la autocrítica es cerrar horizontes, hipotecar el futuro político de un partido, anular su vitalidad interna: nada dignifica más a las personas y, por supuesto a los partidos, que el reconocimiento sincero de los errores cometidos y, por supuesto, el propósito de enmendarlos. Nada de todo esto parece haber ocurrido en las filas de la derecha.

     Estas consideraciones vienen a colación puesto que estamos observando cómo el PP, lejos de una reflexión profunda de las razones por las cuales el pueblo soberano lo ha desposeído del Gobierno de España, ha optado por aquello de que “no hay mejor defensa que un buen ataque”... y a ello se ha lanzado. Y no sólo en todos los foros políticos posibles sino, también, a través de una tendenciosa propaganda, carente de veracidad que, en el fondo, evidencia su no aceptación de la derrota electoral y, consecuentemente, su abierta intención de deslegitimar la victoria electoral socialista. A ello se ha dedicado con fervoroso entusiasmo y adhesión aznarista la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) vinculada al PP y que preside José María Aznar y ejemplo flagrante de ello sería la edición de un vídeo que, bajo el título de “Tras la masacre”, desvirtúa gravemente la realidad de los dramáticos acontecimientos que convulsionaron a España como consecuencia del brutal atentado del 11-M del pasado año.Lo mismo podemos decir de diversos comportamientos y declaraciones de dirigentes populares ante la eliminación por parte del Gobierno socialista de los últimos vestigios de una dictadura que todavía quedaban en nuestras calles: la absurda polémica en torno a la retirada del general Franco sería impensable el que ocurriera en cualquier otro país democrático de nuestro entorno. Una decisión de impecable civismo democrático como esta, no debería de ser cuestionada desde el  PP, el cual no debería de acusar de “radical” a decisiones que, lo único que se les puede reprochar es que se hayan tomado con 30 años de retraso.

     Resulta evidente que mientras la línea dura aznarista mantenga el timón del PP, no resultará creíble la opción “centrada” de la derecha como alternativa real de gobierno. Rajoy ha manifestado que pretende hacer una oposición que, aún sin renunciar a ser “contundente”, no esté hecha “desde las vísceras”. Nada que objetar, por supuesto: a Rajoy le queda por delante la difícil tarea de convencer (o imponer) esta línea política más sensata y centrada entre buena parte de sus compañeros de filas. No le será nada fácil puesto que, visto lo visto y oído lo oído, en amplios sectores del PP impera, todavía, Aznar y su rencor. 

José Ramón Villanueva Herrero.  

(Diario de Teruel, 17 abril 2005) 

 

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