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Kiryat Hadassa: el blog de José Ramón Villanueva Herrero

LA LIBRERÍA LAGUN

 

     Al concluir cada año, nos vienen a la memoria, inevitablemente, el recuerdo de las personas que ya no están entre nosotros y que formaron parte de nuestras vidas, de nuestras emociones y afectos. Esto mismo sucede con aquellos colectivos o asociaciones diversas que han simbolizado valores o ideales con los cuales nos identificamos como ciudadanos. Este último caso es el de la emblemática Librería Lagun, todo un símbolo de defensa de la libertad y la cultura frente a la barbarie, tanto durante los últimos años de la dictadura franquista como, también, frente a la violencia criminal de ETA, y que cerró sus puertas en este año 2023 que ahora concluye.

    La Librería Lagun, haciendo honor a su nombre que en euskera significa “amigo”, acompañó, desde su fundación el 3 de diciembre de 1968 en la Parte Vieja de San Sebastián, a quienes se acercaban a ella buscando, por medio de la cultura, poder vivir en una sociedad abierta, plural y tolerante. Sus fundadores fueron el matrimonio formado por José Ramón Rekalde y María Teresa Castello, junto con Ignacio Latierro, los cuales, como señalaba María José Prieto, haciendo frente a todo tipo de adversidades, impulsaron la mítica librería con un “empecinamiento imbatible”.

   Debemos recordar que la Librería Lagun surgió en un momento especial, coincidiendo con las revueltas estudiantiles y sindicales del Mayo de 1968, cuyos ecos llegaban con nitidez a la ciudad donostiarra desde la cercana Francia, a apenas 25 kilómetros de la ciudad vasca. En la librería se respiraba, las circunstancias de la dictadura franquista obligaban a ello, aires de clandestinidad y, como recordaba Ignacio Latierro, “siempre nos sentimos como un altavoz de la pluralidad y la cultura. Quisimos contribuir, como otras muchas librerías, a la extensión de las ideas democráticas y a la oposición al franquismo”. De este modo, en poco tiempo, Lagun se convirtió en un lugar referente del antifranquismo: a ella llegaban libros prohibidos por la censura, se celebraban charlas sobre la democracia que se ansiaba y sobre los programas de los distintos partidos políticos entonces clandestinos, razón por la cual, como rememoraba con nostalgia Latierro, “la pluralidad campaba en esa activa trastienda de la librería”.

   Pero la labor de Lagun, además de diversas multas por parte de la dictadura franquista, se ganó, también, otro peligroso enemigo: ETA, la cual la convirtió en uno de sus objetivos. Las razones de este señalamiento fueron varias: en primer lugar, su ubicación en el Casco Viejo donostiarra, punto de concentración de los grupos abertzales, los cuales consideraban este territorio como su feudo y en el cual actuaban como una especie de mafia; en segundo lugar, por la militancia política de sus propietarios: José Ramón Rekalde fue consejero por el PSE-PSOE de Educación y luego de Justicia en el Gobierno Vasco, mientras que Ignacio Latierro, también socialista, fue miembro del Parlamento Vasco. A ello había que añadir una tercera razón: en Lagun se vendían libros de toda pluralidad de ideas pues, desde el principio, se convirtió en un espacio abierto a la cultura en general, algo inaceptable para el mundo etarra.

     Por todo ello, las amenazas y destrozos contra Lagun fueron constantes a través de los años sin que ello quebrase la voluntad de sus propietarios. Así, cuando en su escaparate expuso un libro en homenaje a Gregorio Ordóñez, político del PP asesinado por ETA en 1995, los radicales filoetarras reaccionaron rompiendo los cristales de la librería. Más adelante, un nuevo ataque se produjo por la colocación en Lagun de un lazo azul, surgido como símbolo cívico tras el secuestro del empresario Julio Iglesias Zamora, dado que los abertzales “no querían que hubiera en su territorio un comercio que repudiara el terrorismo”. Pero el ataque más grave se produjo en la Nochebuena de 1996 cuando la librería quedó arrasada por los violentos y sus libros quemados o manchados de pintura roja y amarilla, ante lo cual, los propietarios se plantearon el cierre. Pero, en aquel momento, se produjo una reacción cívica muy emotiva: muchos ciudadanos fueron a la destrozada librería a comprar, como un gesto de solidaridad, aquellos libros, quemados o manchados, hecho que animó a Rekalde y Latierro, a continuar su resistencia cultural.  No obstante, ahí no acabó el acoso contra Lagun y, en enero de 1997, lanzaron un nuevo ataque contra la librería, el cual, además de tener repercusión internacional, hizo que el Gobierno Vasco ofreciese a Lagun la protección permanente de la Ertzaintza.

    Pero el peligro persistía y, en el año 2000, el mismo año en que ETA asesinó a figuras tan destacadas como Fernando Buesa, Ernest Lluch, Juan Luís López de la Calle o Juan Mari Jáuregui, los etarras atentaron contra José Ramón Rekalde que resultó gravemente herido. Fue una época de desolación, de nuevo se planteó el dilema de abandonar o continuar y, en caso de hacerlo, como así fue, trasladar la vieja librería a una zona más segura, en concreto a la calle Urdaneta.

    En el año 2018, coincidiendo con su 50º aniversario, Lagun recibió un merecido homenaje en el Teatro Victoria de San Sebastián en reconocimiento por su labor a favor de la cultura, el pensamiento crítico y la libertad en el cual, el Gobierno de España le concedió la Placa de Honor de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio, un homenaje al que ya no pudieron asistir Mª Teresa Castello y José Ramón Rekalde, ya fallecidos, pero en el que estuvieron presentes sus entonces propietarios, los hijos de los fundadores.

    Finalmente, en el otoño de 2023, tras 55 años de intensa actividad cultural, Lagun cerró definitivamente sus puertas. Sirva este artículo como homenaje a todas esas librerías que, en cualquier pueblo o ciudad, marcaron nuestras vidas, esas librerías en las cuales nos adentrábamos con curiosidad, aquellos espacios impregnados del peculiar olor del papel impreso y en donde, en ocasiones, los consejos del librero trataban de atinar con los gustos y preferencias de nosotros, los lectores. Todo esto nos evoca, hoy, el recuerdo de la Librería Lagun, de su honestidad cívica, de su firmeza frente a la intolerancia y el fanatismo que, tanto ayer como hoy, son no sólo los enemigos del libro, sino de la cultura en general.

 

José Ramón Villanueva Herrero

(publicado en: El Periódico de Aragón, 23 diciembre 2023)

 

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