LA MEMORIA HISTÓRICA, UNA MEMORIA NECESARIA
Se han celebrado recientemente en la provincia de Teruel distintos actos en recuerdo de la II República Española y en honor de todos los ciudadanos que, leales a ella, sufrieron y murieron durante la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista. Este es el caso de diversas Jornadas como las organizadas por la Asociación Pozos de Caudé, las que bajo el título “Los valores de la II República” han tenido lugar en Teruel y Alcañiz o las que la Comarca del Bajo Martín, en las que se homenajeó en Urrea de Gaén a los deportados republicanos y también se presentó en Híjar el libro de Cándido Marquesán que honra la memoria de José Gálvez Oliver, “el tío Rullo”. No olvido tampoco los actos celebrados en Alcorisa y, de forma especial, la inauguración por parte de su Ayuntamiento, de un monumento en memoria de todos los alcorisanos deportados a los campos de exterminio nazis. Todo ello demuestra que, desde diversos ámbitos políticos y sociales turolenses, se asume con valentía la necesidad de recuperar la memoria histórica. Esta actitud, de impecable dignidad democrática, resulta imprescindible para hacer justicia a todos los que lucharon por los valores de libertad, progreso y emancipación social que representaba la II República y ello nos debe de llenar de satisfacción, máxime en este año que ha sido declarado por el Congreso y el Senado como el Año de la Memoria Histórica.
El eminente historiador Paul Preston recordaba el pasado día 19 de mayo en Teruel que “la recuperación de la memoria es crucial”, no sólo por lo que supone de rehabilitación de las víctimas, sino, también, para reafirmar los principios cívicos de nuestra democracia. Por ello, Preston nos insta a hacer frente al llamado “revisionismo histórico”, el cual se ha convertido en los últimos años en un valioso aliado de los sectores e intereses de la más rancia derecha española. Este revisionismo histórico minimiza la auténtica magnitud de la represión franquista, tiene una actitud benevolente hacia la dictadura (cuando no una abierta reivindicación de la misma), y critica de forma global al conjunto de las fuerzas políticas y sociales antifranquistas.
Las ideas revisionistas, cargadas de manipulación histórica, han sido jaleadas por sectores de la derecha para convertirlas en un ariete político contra el actual Gobierno de España y, de forma especial, contra el Presidente Zapatero, el cual, con todo orgullo y dignidad, se define como “heredero de los valores de la II República”. Un ejemplo, el 29 de enero pasado, hablando de la memoria histórica en una tertulia nocturna de la Cadena COPE, escuché al eurodiputado del PP Aleix Vidal-Quadras aludir a la “obsesión morbosa” y al “impulso diabólico” (es textual) del Presidente Zapatero por este tema, cuyo objetivo último, según el político popular, era llevar a España al “totalitarismo”, un tema del que, por cierto, tanto sabe la derecha (reciclada) franquista.
El tema de la recuperación de la memoria histórica es visto con recelo , cuando no con abierta oposición por parte de la derecha. Así, en un acto de la Fundación FAES celebrado el 27 de noviembre de 2005, José María Aznar se refería con desdén a “eso que engañosamente se llama recuperación de la memoria histórica” y que, según su opinión, no era otra cosa que “la utilización del pasado como arma política”. Ello demuestra que, en el fondo, la derecha sigue sin asumir nuestro triste pasado colectivo, pues ello le supondría reconocer sus poco democráticos orígenes ideológicos así como su connivencia con la dictadura franquista.
Esta actitud no nos debe de extrañar si tenemos en cuenta que el franquismo sociológico se halla políticamente encuadrado en las filas del PP. En la encuesta realizada con motivo del 30º aniversario de la muerte de Franco, sólo el 13 % de los encuestados valoraba positivamente la dictadura… pero, de ellos, el 29 % se definían como votantes del PP. De igual modo, a la pregunta de si el 18 de julio fue un golpe de estado, sólo el 15 % lo negaban, pero, un 24 % de los que así pensaban votaban al PP, lo cual resulta muy significativo.
Considero que hoy más que nunca resulta imprescindible recuperar nuestra memoria histórica, esa que unos nos ocultaron y otros quisieron que olvidásemos por medio de una amnesia colectiva. Reivindicarla es un compromiso ético que deba de asumir toda nuestra sociedad: instituciones, colectivos sociales y políticos, medios de comunicación, historiadores y, sobre todo, la ciudadanía. Confiemos en que la futura Ley de la Memoria Histórica tenga la valentía democrática de lograr el imprescindible reconocimiento jurídico y moral de las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura y, de este modo, reconciliarnos de verdad, con nuestro pasado, por triste y doloroso que haya sido. A este compromiso moral e institucional, debe sumarse con convicción la derecha política para que, de una vez por todas, rompa amarras (ideológicas y emocionales) con el franquismo.
En recuerdo de las víctimas, tantos años olvidadas, y también como justo homenaje a los valores republicanos que dieron razón de ser a su compromiso social y político, la memoria histórica es y será siempre una memoria necesaria.
José Ramón Villanueva Herrero
(Diario de Teruel, 15 junio 2006)
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