MAESTROS HÚNGAROS DE LA FOTOGRAFÍA EN ZARAGOZA
Exceptuando esta sección, no existen demasiados nexos de unión (históricos y culturales) entre Hungría y las tierras de Aragón. Sin embargo, tiempo atrás destacamos por medio de un artículo, la figura y el legado de Ángel Sanz Briz (1910-1980), aquel digno diplomático zaragozano el cual, estando al frente de la Embajada de España en Budapest durante 1944, salvó la vida a más de cinco mil judíos húngaros que iban a ser enviados a Auschwitz por la barbarie nazi, con la colaboración de sus aliados magiares del Movimiento de la Cruz Flechada ((Nyilas Keresztes Mozagalom).
En esta ocasión, quiero hacer referencia a un acto cultural: la exposición que, con el título de “Maestros húngaros de la fotografía. Brassaï, Capa, Kertész, Molí-Nagy, Munkácsi” organizada en Zaragoza por la Obra Social de Ibercaja y que ha estado abierta al público desde el 29 de septiembre hasta el 31 de diciembre pasado.
Esta excelente exposición es la primera vez que presenta en España y consta de fondos del Magyar Fotográfiai Múzeum, institución que lleva 20 años investigando, conservando y difundiendo el asombroso patrimonio fotográfico de Hungría. En ella, se nos ofrece, a partir de 74 fotografías de gran valor, un interesante recorrido sobre la trayectoria artística de estos cinco fotógrafos húngaros que, a lo largo del siglo XX, realizaron una contribución fundamental al desarrollo técnico y estético de la fotografía. Les une a todos ellos su condición de judíos que, por razones políticas o económicas, se vieron obligados a emigrar de su Hungría natal y triunfaron innovando el arte de la fotografía moderna. Este fue el caso del fotoperiodismo de Robert Capa, la fotografía documental de Brassaï, los reportajes de moda realizados por Martin Munkácsi, la fotografía artística de André Kertész o la fotografía experimental en el caso de Lászlo Molí-Nagy.
El recorrido se inicia con las obras de André Kertész (Budapest, 1894 – Nueva York, 1985), el cual, tras su paso por el mundo artístico parisino de Montparnasse y su establecimiento definitivo en los Estados Unidos desde 1936, logró la fama por la espontaneidad de sus fotografías, la modernidad de sus desnudos distorsionados y un uso inteligente de la luz lo cual convirtió muchas de sus obras en una fotografía artística que logró el reconocimiento público.
Martin Munkácsi (Cluj, 1896 – Nueva York, 1963), considerado como uno de los pioneros del fotoperiodismo, tras huir del nazismo, se estableció también en los Estados Unidos. Allí revolucionó la fotografía de moda, que siempre realizó en blanco y negro, y a quien se considera como el inventor del concepto “sexy” y que, a través de su legado fotográfico, se intuye que siempre pretendió buscar la cara festiva de la vida.
Lászlo Moholy-Nagy (Bácsborsód, 1895 – Chicago, 1946), tras residir durante un tiempo en Berlín como profesor de la prestigiosa Escuela Bauhaus, también huyó del nazismo y, al igual que Kertész y Munkácsi, se estableció en Estados Unidos siendo profesor del Institute of Design de Chicago. Su fotografía experimental se caracterizó por su innovación y por ser un espíritu vanguardista infatigable.
Brassaï (Brassó, 1899 – Niza, 1984), este fotógrafo, cuyo verdadero nombre era Gyla Hlász, adoptó como pseudónimo el de su ciudad natal, entonces húngara, y que actualmente pertenece a Rumanía. Interesado por la pintura y autodidacta de la fotografía, se afincó en París y se hizo famoso por sus fotografías sobre la vida nocturna de la capital francesa, razón por la cual se le llamó “el ojo de París”. También resultan muy notables la fotografías que realizó de muchos de los artistas que, por aquellos años, vivían en la ciudad del Sena, como era el caso de Dalí, Matisse o Picasso.
Robert Capa (Budapest, 1913 – Thai Bien, Indochina Francesa, 1954), tal vez sea el fotógrafo húngaro más conocido y de mayor proyección personal y artística en España. También tuvo que emigrar de su tierra natal por sus ideas izquierdistas y se estableció en Berlín hasta que, tras el ascenso de Hitler al poder en 1933, buscó nuevo refugio en Francia. Posteriormente, fue enviado por la Agencia Regards para cubrir la información gráfica sobre la Guerra Civil Española, período durante el cual inmortalizó fotografías que reflejaban con total nitidez la desigual lucha que libraba la República Española, abandonada a su suerte por las democracias occidentales, contra el fascismo. No podía faltar en esta exposición la mítica fotografía titulada “Muerte de un miliciano”, en el que la cámara de Capa refleja el instante en que es abatido por las balas de los sublevados un combatiente republicano en Cerro Muriano (Córdoba).
Posteriormente, Capa tuvo un destacado papel como reportero gráfico durante la II Guerra Mundial. Siempre se mantuvo fiel a su máxima según la cual, “si las fotos no son bastante buenas, significa que no has estado suficientemente cerca” y, por ello, murió al pisar una mina cuando estaba cubriendo la guerra de Indochina. Por todo ello, Robert Capa ha sido considerado el mayor fotógrafo de guerra y ha influido de forma determinante en la obra de casi todos los corresponsales que, hasta la actualidad, han cubierto, con serio riesgo de sus vidas, los diversos conflictos bélicos que han ensangrentado a la Humanidad.
Por todo lo dicho esta exposición nos acerca a la cultura húngara contemporánea de la mano de estos cinco fotógrafos judíos, exiliados de su patria e innovadores en las técnicas fotográficas, hasta convertir a la imagen en el nuevo arte de nuestro tiempo. En conjunto, esta exposición nos invita a un recorrido por la Europa del siglo XX a través de las personas, los acontecimientos y la historia que les tocó vivir, todo un tiempo de cambios políticos y sociales, de historias cotidianas y, también, experimentos visuales nuevos y búsquedas estéticas innovadoras.
José Ramón Villanueva Herrero
(publicado en: El Quincenal de Hungría, nº 122, Budapest, enero 2012)
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